KARINA BATISTELLI  - COACH SENIOR

[ES] El sentido de identidad en los académicos: cuando el trabajo define quién eres
[ES] El sentido de identidad en los académicos: cuando el trabajo define quién eres

En el mundo académico, la línea entre la identidad personal y la profesional es extremadamente delgada. Para much@s investigador@s, profesor@s y estudiantes de posgrado, el trabajo no es solo un empleo, sino una extensión de quiénes somos.

Publicar un artículo, dar una conferencia o recibir una beca no es solo un logro profesional; es una validación de nuestro valor como persona. Y, del otro lado, cualquier error, cualquier rechazo, se siente como una evidencia de que no somos lo suficientemente buen@s.

Este sentido de identidad profundamente arraigado al trabajo es una de las razones por las que much@s académic@s trabajamos hasta altas horas de la noche, respondemos correos en fines de semana y cargamos con un estrés que parece imposible de soltar.

En este artículo, exploraremos por qué ocurre esto y cómo puedes hacer para empezar a separar tu identidad del rendimiento académico para evitar que la autoexigencia te lleve al agotamiento.

Cuando el trabajo se convierte en identidad

Para much@s académic@s, la pasión por el conocimiento y el deseo de contribuir al avance de su campo son motores fundamentales. Pero en un sistema donde el reconocimiento se mide en publicaciones, citas y financiamiento, es fácil pasar de la vocación a la autoexigencia extrema.

El perfeccionismo juega un papel clave en esta dinámica. Si tu identidad se basa en ser "la experta", "la investigadora destacada" o "la profesora brillante", cualquier error o retraso en el trabajo puede sentirse como una amenaza a tu valor personal. No se trata solo de fallar en un proyecto, sino de la sensación de que un@ mism@ es un fracaso.

Además, el entorno académico refuerza este pensamiento. Frases como "publica o perece", la competencia feroz por recursos y la constante evaluación hacen que el miedo a no ser suficiente se vuelva un compañero constante.

Las consecuencias de vivir para trabajar

Cuando el trabajo define quién eres, es difícil poner límites. Esto genera:

Burnout: Exigirnos demasiado lleva al agotamiento físico y mental. La productividad disminuye, pero también la creatividad y el disfrute del trabajo.

Ansiedad y síndrome del impostor: La sensación de que nunca es suficiente genera ansiedad y una autoevaluación constante basada en el miedo. Esto genera un miedo simultáneo y paradójico al fracaso y al éxito.

Dificultades en la vida personal: Cuando el trabajo lo es todo, las relaciones personales, la salud y el bienestar quedan en segundo plano. Muchas veces la sensación de urgencia y el "ahora no tengo tiempo" llevan a descuidar y desatender el autocuidado, la salud mental y las relaciones personales, exacerbando así el aislamiento, la soledad, el estrés y el riesgo de otras enfermedades de salud mental como la depresión.

Cómo empezar a separar identidad y trabajo

No es fácil romper con años de condicionamiento, pero es posible hacer pequeños cambios para construir una identidad más amplia y saludable:

1. Reconoce que tu valor no depende de tu rendimiento. Tu identidad no está limitada a cuántos papers publicaste este año. Pregúntate: ¿Quién eres más allá del trabajo? ¿Qué cosas disfrutas fuera de la academia?

2. Pon límites realistas. La productividad no aumenta por trabajar más horas. Establecer horarios y momentos de descanso es una forma de autocuidado y sostenibilidad a largo plazo.

3. Reformula tu relación con los errores. El perfeccionismo incrementa la ansiedad y no permite establecer metas realistas. Equivocarse no tiene nada que ver con ser o no buen@ en tu trabajo. Es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento.

4. Construye una comunidad de apoyo. Hablar con colegas que también enfrentan estas presiones ayuda a desafiar la idea de que solo te pasa a ti, que siempre tienes que demostrar tu valía y de que vales solo por lo que produces, y no por quien realmente eres.

El mundo académico puede ser apasionante, pero también es extremadamente exigente. Encontrar un equilibrio donde el trabajo sea una parte de tu vida y no tu identidad completa no solo es clave para tu bienestar, sino que también te permitirá construir una carrera sostenible.