En el mundo académico, es común que investigadores, docentes y estudiantes dediquemos jornadas interminables al trabajo, incluso cuando la fatiga, el estrés o la falta de motivación nos abruma. Este fenómeno, conocido como presentismo, se caracteriza por estar presente físicamente en el lugar de trabajo, pero con un rendimiento reducido debido a factores como agotamiento emocional, estrés crónico o problemas de salud.
El presentismo nos suele parecer, a simple vista, una actitud positiva. Percibimos el estar presente y cumplir con las responsabilidades como un signo de compromiso, lealtad y dedicación. Sin embargo, esta práctica tiene un costo alto tanto para los individuos como para las instituciones. Nuevos estudios confirman que el presentismo está estrechamente relacionado con el burnout, un estado de agotamiento físico, emocional y mental provocado por demandas laborales excesivas y prolongadas0.
¿Cómo se manifiesta el presentismo en la academia?
- Jornadas largas sin pausa: Much@s académic@s sentimos que no nos alcanzan las horas, y por ello nos sentimos en la necesidad de trabajar más allá de los horarios establecidos, incluso cuando nuestra productividad disminuye significativamente.
- Negación del descanso: La cultura académica a menudo glorifica el sacrificio personal, llevando a las personas a evitar el tiempo libre o las vacaciones por miedo a quedarse atrás.
- Trabajo bajo condiciones de agotamiento: L@s académic@s frecuentemente continuamos trabajando incluso cuando estamos enferm@s o emocionalmente agotad@s, priorizando plazos y responsabilidades por encima de nuestro bienestar.
Impacto del presentismo en el burnout
El presentismo alimenta el burnout de varias maneras:
- Agotamiento emocional: Al ignorar las necesidades de descanso, las reservas emocionales se agotan, lo que conduce a una mayor irritabilidad, desmotivación y desconexión con el trabajo.
- Reducción de la productividad: Trabajar largas horas sin un descanso adecuado disminuye la capacidad de concentrarse y ser eficiente, perpetuando un ciclo de trabajo ineficaz.
- Deterioro de la salud: El estrés crónico asociado al presentismo puede derivar en problemas de salud física y mental, como insomnio, ansiedad y enfermedades cardiovasculares.
¿Por qué ocurre el presentismo en la academia?
- Cultura del alto rendimiento: En el ámbito académico, existe una presión constante por publicar, obtener becas y destacar. Esta cultura muchas veces valora más la cantidad que la calidad del trabajo. Además, suele haber también una cultura de shaming, que genera vergüenza en la persona que no se queda trabajando hasta tarde, que no publica "lo suficiente" o que no tiene suficientes actividades: "Es que yo tengo tantas propuestas, tantas ideas que no me alcanza el tiempo y si tú no las tienes, es que no eres tan bueno como yo".
- Miedo a las consecuencias: Muchos temen que ausentarse o establecer límites pueda ser percibido como una falta de compromiso, lo que podría afectar sus evaluaciones o posibilidades de promoción o de obtener otro trabajo.
- Idealización del sacrificio: Existe una narrativa que asocia el éxito académico con el sacrificio personal, perpetuando la idea de que el esfuerzo constante es la única vía hacia el reconocimiento.
Estrategias para combatir el presentismo y prevenir el burnout
- Fomentar una cultura del autocuidado: Deberían ser las instituciones académicas las que promuevan el bienestar mediante programas de apoyo, jornadas laborales sostenibles y la normalización del descanso. Sin embargo, eso suele ir en contra de los propios intereses de dichas instituciones, que se benefician con la sobreexplotación y productividad extrema de sus empleados. Es por esto que aprender y cultivar el autocuidado termina siendo responsabilidad de cada académic@ a nivel personal, pero también queda en sus manos fomentarlo y modelarlo para sus equipos y personas a su cargo.
- Reconocer los límites: L@s académic@s deben aprender a identificar sus propios límites y priorizar su salud sin sentirse culpables por ello. Esto suele ser el crux de la cuestión, ya que el mismo sistema genera culpa y vergüenza si no se cumplen con ciertas expectativas o si hablamos públicamente sobre nuestro cansancio o dificultades.
- Capacitación en gestión del tiempo: Aprender a delegar, planificar y priorizar puede ayudar a reducir la necesidad de trabajar en exceso.
- Revisar las expectativas institucionales: Es posible reconsiderar las métricas de éxito personales, centrándose en el crecimiento personal, la calidad y el impacto del trabajo en lugar de la cantidad.
Rearticulando nuestra experiencia en la ciencia
El presentismo no es una solución sostenible ni saludable para las demandas del mundo académico. Al contrario, perpetúa el agotamiento y disminuye la capacidad de innovar, crear y contribuir significativamente. Reconocer esta relación entre presentismo y burnout es el primer paso para generar cambios significativos que beneficien tanto a l@s individu@s como a las instituciones académicas.
Está en cada un@ el priorizar el bienestar y redefinir el significado de éxito académico. Al final, la productividad sostenible y el cuidado personal no son opuestos; son aliados esenciales para una carrera académica plena y significativa.